FF.AA. de Bolivia celebraron en Huarina natalicio del Mariscal Andrés de Santa Cruz
Huarina, 30 de noviembre (Min.Def).- Las Fuerzas Armadas (FF.AA) de Bolivia y agregados militares del Perú celebraron hoy en la Plaza Principal del municipio de Huarina los 231 años del natalicio del Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana, reconocido por los anales de la historia como el “Gran Mariscal de Zepita”, figura de dimensión continental.
El Viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, junto al Viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Daniel Pedro Vargas, en representación del Ministerio de Defensa, asistieron al solemne acto que se realizó a 73 kilómetro de la ciudad de La Paz y hasta donde se trasladó el mando militar del Estado Plurinacional de Bolivia.
“Es un acto de reencuentro y de reafirmación, de convicción revolucionaria y de compromiso con nuestros pueblos que durante siglos estuvieron olvidados (…) el Mariscal Andrés de Santa Cruz para nosotros, es un hermano indígena, porque por sus venas circuló la sangre indígena de su madre, que le transmitió su espíritu rebelde y combativo que influyó para que pase de las filas realistas a las filas patriotas, en busca de la libertad de nuestro pueblo”, señaló Calvimontes.
Con el Perú no sólo nos unen lazos históricos –dijo- nos unen lazos de sangre de un pueblo que fue heroico.
“Desde este lugar quiero reivindicar el compromiso de los bolivianos de seguir su ejemplo de valentía, coraje, su compromiso con los más pobres, para nunca olvidar su legado (…) honor y gloria para todos los militares que han defendido y defenderán la integridad de nuestra tierra”, sostuvo emocionado.
Andrés de Santa Cruz, fue Presidente del Consejo de Gobierno del Perú (1826-1827), Presidente de Bolivia (1831-1839), Protector del Estado Sud-Peruano y Nor-Peruano (1836), y Protector de la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), declarando puertos libres (es decir abiertos al tráfico internacional marítimo) a los de Arica, Cobija, Callao y Paita, todo lo cual significaría un rudo golpe para el comercio marítimo del puerto chileno de Valparaíso, sembrando la enemistad de varias naciones entre ellas, Chile, que determinarían su muerte.
Huarina, 30 de noviembre (Min.Def).- Las Fuerzas Armadas (FF.AA) de Bolivia y agregados militares del Perú celebraron hoy en la Plaza Principal del municipio de Huarina los 231 años del natalicio del Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana, reconocido por los anales de la historia como el “Gran Mariscal de Zepita”, figura de dimensión continental.
El Viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, junto al Viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Daniel Pedro Vargas, en representación del Ministerio de Defensa, asistieron al solemne acto que se realizó a 73 kilómetro de la ciudad de La Paz y hasta donde se trasladó el mando militar del Estado Plurinacional de Bolivia.
“Es un acto de reencuentro y de reafirmación, de convicción revolucionaria y de compromiso con nuestros pueblos que durante siglos estuvieron olvidados (…) el Mariscal Andrés de Santa Cruz para nosotros, es un hermano indígena, porque por sus venas circuló la sangre indígena de su madre, que le transmitió su espíritu rebelde y combativo que influyó para que pase de las filas realistas a las filas patriotas, en busca de la libertad de nuestro pueblo”, señaló Calvimontes.
Con el Perú no sólo nos unen lazos históricos –dijo- nos unen lazos de sangre de un pueblo que fue heroico.
“Desde este lugar quiero reivindicar el compromiso de los bolivianos de seguir su ejemplo de valentía, coraje, su compromiso con los más pobres, para nunca olvidar su legado (…) honor y gloria para todos los militares que han defendido y defenderán la integridad de nuestra tierra”, sostuvo emocionado.
Andrés de Santa Cruz, fue Presidente del Consejo de Gobierno del Perú (1826-1827), Presidente de Bolivia (1831-1839), Protector del Estado Sud-Peruano y Nor-Peruano (1836), y Protector de la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), declarando puertos libres (es decir abiertos al tráfico internacional marítimo) a los de Arica, Cobija, Callao y Paita, todo lo cual significaría un rudo golpe para el comercio marítimo del puerto chileno de Valparaíso, sembrando la enemistad de varias naciones entre ellas, Chile, que determinarían su muerte.